Por Pangui-kolli (Puma colorado)
Durante las últimas semanas hemos visto como suman y suman ciertas publicaciones que muestran una realidad alterna y distorsionada sobre los hábitos y comportamiento del mal llamado “León de Montaña”. Desde un campesino supuestamente decapitado, hasta una comunidad horrorizada por la posibilidad de que el puma ataque a sus hijos o a ellos mismos, son solo algunos de los ejemplos que demuestran que la desinformación y el miedo son una combinación explosiva que lamentablemente, solo termina perjudicando al que tristemente, es ultimo representante de la antigua megafauna en nuestra Cordillera de Nahuelbuta.
Este misterioso felino habita en Nahuelbuta desde hace más de 20.000 años, incluso antes que los primeros humanos llegaran a establecerse en este territorio. En ese momento nuestra cordillera era un lugar lleno de vida al ser uno de los pocos lugares cálidos en la última Era de Hielo. Los bosques de ese pasado posiblemente no sean tan diferentes a los bosques que hoy nos quedan en las cumbres de Nahuelbuta – Imagina por un momento ese paisaje, imagina Mastodontes, Caballos pequeños, Tigres dientes de sable, e incluso Perezosos gigantes, y ahí entre medio merodeando, también estaba Pangui – pero la realidad de hoy, 20.000 años después, dista mucho de ser ese paraíso que acabas de imaginar.
Así como la llegada de los humanos a Sudamérica generó la extinción de la gran mayoría de la megafauna, la llegada del hombre blanco a la Cordillera de Nahuelbuta cambió radicalmente el paisaje y forzó a la megafauna restante: pumas, huemules, guanacos y ñandúes, a vivir confinados a las cumbres donde pudieron permanecer un par de siglos, hasta que simplemente el ultimo sobreviviente, el Puma, quedó aislado aproximadamente hace 130 años, cuando los guanacos de Nahuelbuta dejaron de pastar bajo las Araucarias. Desde ese momento, el puma se convirtió en un gran enemigo para los campesinos, quienes por esos años habitaban incluso en las cumbres de Nahuelbuta, al depredar lo único que podía encontrar para comer, el ganado. Desde ese momento la historia solo nos habla de una constante guerra por la sobrevivencia del Puma, odiado por el campesino, temido por el hombre de ciudad, respetado por el Mapuche y admirado por quienes escribimos.
Oleo de Marianne North en Parque Nacional Nahuelbuta (1884)
El Puma es el felino de mayor distribución en todo el planeta, presente en todo el continente americano y en una diversidad de hábitats que ningún otro felino en el mundo ha podido colonizar, por lo que se le considera el más versátil y adaptable de los gatos. Esa versatilidad le ha permitido sobrevivir a los grandes cambios generados por el avance de la humanidad hasta ahora, sin embargo, nos acercamos a un evento sin precedentes en nuestra propia historia, una crisis climática en la que tenemos que aprender a coexistir con las especies que nos rodean y recuperar el equilibrio natural, o simplemente todos vamos a desaparecer, incluido el puma. Aunque a muchos tal vez no les guste, el puma cumple un rol crucial en la naturaleza, es el mayor depredador que habita en nuestra cordillera, es el mejor guardián que tiene nuestro bosque, lugar en donde nace el agua que sacia nuestra sed y riega nuestros cultivos, Pangui no es un villano al que debamos temer, no es un demonio al que debamos cazar, es un ser vivo que al igual que el que lee este texto solo intenta sobrevivir y cuidar de los suyos.
¿Y cuál es la solución entonces?
ya la hemos mencionado antes, aprender a coexistir, entender que el puma no nos está buscando para atacarnos, de hecho los casos registrados son muy escasos y generalmente relacionados a hembras con crías. Quienes viven o han vivido en el campo, entenderán que incluso una vaca con su ternero puede ser violenta si lo considera necesario. Sin duda alguna debemos dejar de talar el bosque nativo, y exigir al gobierno y empresas forestales que los compromisos de restauración ecológica que han adquirido se cumplan pronto, no en diez años más, para que así el puma tenga donde vivir y exista suficiente alimento para que el día de mañana, incluso si suena como un sueño, podamos traer de vuelta a guanacos, huemules y ñandúes, así tal vez el conflicto por el ganado no sea tan intenso, y podamos recuperar el equilibrio perdido. Este bosque restaurado y protegido también nos proveerá de más agua y con ello también de muchos otros beneficios que hoy más que nunca necesitamos, aire puro que respirar, alimentos de buena calidad, nuevas medicinas para enfrentarnos a las enfermedades que nos aquejan, y en el mejor de los casos, que Nahuelbuta nos ofrezca la oportunidad de refugiarnos de los cambios climáticos que vendrán.
Hasta ahora no muchas especies se han ganado ese derecho, el puma es una de ellas… ¿Nosotros estaremos a su altura?
FUENTE:
De villano a héroe: una nueva esperanza para los pumas en Patagonia. 2019. Nicolas Lagos. Ladera Sur. URL: https://laderasur.com/articulo/de-villano-a-heroe-una-nueva-esperanza-para-los-pumas-en-patagonia/
La Flora Chilena en la mirada de Marianne North 1884. 1999. Antonia Echeñique & Maria Victoria Legassa. Editorial Pehuén. Santiago, Chile. 132 pp.
Puma Araucano Vida en una Dimensión Paralela. 2014. Fernando Vidal. Ediciones Santo Tomas. Santiago, Chile. 210 pp.